El Pielaster es una pieza muy sencilla, diseñada y patentada por Biolaster para facilitar el entrenamiento propioceptivo de forma personalizada; al suministrar el Pielaster, a pesar de que hablamos de 1 unidad, realmente se compone de 2 piezas exactamente iguales.
Es utilizable por cualquier persona que pretenda mejorar sus cualidades de propiocepción en extremidades inferiores, aunque es especialmente recomendable para los niños con deformidades del apoyo plantar, desviaciones axiales o dificultad de coordinación de sus movimientos y también para cualquier persona, sobre todo deportista, que pretenda compensar el déficit de estabilidad de los tobillos por esguinces de repetición, y prevenir de esta forma nuevos esguinces. Cumple por tanto una doble función, rehabilitadora y preventiva.
Se trata de un cuerpo esferoidal de planta elíptica, que sigue por tanto el contorno del pie, y permite un giro ondulante de 360º si está colocado sobre su porción convexa. Esta forma específica del Pielaster da lugar a que el brazo de palanca sea diferente en función de la posición y con ello conseguimos adaptar la fuerza necesaria para mantener el equilibrio a la fuerza muscular de los músculos involucrados en ese movimiento específico.
Igualmente permite un mayor rango de movimiento en relación a otras “plataformas inestables” utilizadas en la rehabilitacion y recuperación de esguinces e inestabilidades de tobillo. Otra ventaja del Pielaster en relación a otras plataformas inestables reside en que los movimientos de circunducción pueden realizarse con ambos pies, pero no tienen por qué limitarse a realizar de forma sincrónica y paralela los movimientos de ambos pies, sino que con el Pielaster un pie puede realizar circunducciones en el sentido de las agujas del reloj y el otro pie puede moverse en contra de las agujas del reloj; igualmente puede estar un pie en flexión dorsal, mientras el otro se encuentra en flexión plantar; de esta forma el Pielaster nos permite una mayor variación de movimientos.
La inestabilidad de la pieza se compensa al utilizarla simultáneamente con los dos pies (ya hemos dicho que se suministran 2 piezas iguales en cada Pielaster); el doble punto de apoyo que se consigue permite mantener fácilmente el equilibrio y realizar ejercicios de flexo-extensión, lateralización y circunducción del tobillo, que se pueden complicar a medida que el entrenamiento lo permita, cerrando los ojos o limitando el apoyo a un solo pie.
La PROPIOCEPCION es la cualidad que nos permite apreciar la posición, el equilibrio y sus cambios en el sistema muscular, especialmente en la locomoción.
La situación de nuestros miembros es controlada permanentemente de forma automática por nuestro sistema nervioso. Recibimos infinidad de sensaciones recogidas por las terminaciones sensitivas que llegan por vías aferentes que son procesadas constantemente. Recogida la información, nuestro sistema nervioso toma conciencia de la posición de todos los puntos del aparato locomotor y elabora una respuesta que camina por vías eferentes. De esta forma, rápida e inadvertida, estamos corrigiendo la postura corporal para mantenernos en equilibrio.
La propiocepción puede entrenarse aportando estímulos variados desde los pies que precisen una corrección muy rápida para evitar la pérdida de equilibrio. Todos las pruebas realizadas por Biolaster confirman que hemos conseguido una herramienta muy eficaz que servirá para ese propósito en cualquier persona pero muy especialmente en los jóvenes con defectos anatómicos de apoyo plantar, en los períodos de recuperación tras lesiones ligamentosas de tobillos y en los casos de inestabilidad crónica por esguinces múltiples.
el Pielaster, que se compone de 2 piezas exactamente iguales. Se trata de un cuerpo esferoidal de planta elíptica, que sigue el contorno del pie, y permite un giro ondulante de 360º si está colocado sobre su porción convexa.
Esta forma concreta posibilita unos rangos de movimiento específicos para la articulación del tobillo que enriquecen la sensación de los receptores tendinosos y musculares y fovorecen la adquisición de un esquema corporal más correcto a este nivel.
La inestabilidad de la pieza se compensa al utilizarla simultáneamente con los dos pies; el doble punto de apoyo que se consigue permite mantener fácilmente el equilibrio y realizar ejercicios de flexo-extensión, lateralización y circunducción del tobillo, que se pueden complicar a medida que el entrenamiento lo permita, cerrando los ojos o limitando el apoyo a un solo pie.
Puede ser una alternativa para los corredores o deportistas con esguinces recidivantes (es decir, frecuentes y reiterativos) de tobillo.