Desfibrilador: un dispositivo que salva vidas
Cuando hablamos de la palabra desfibrilador nos viene a la mente una escena de película muy típica. Una persona inconsciente y un médico que le aplica unas planchas sobre el pecho para reanimar su corazón.
Esta escena refleja el uso del desfibrilador y su funcionalidad, pero actualmente los desfibriladores han evolucionado hasta su uso fuera del ámbito sanitario. Las funciones de un desfibrilador son muy sencillas: ayuda restablecer el ritmo cardíaco de una persona que se encuentra en parada cardíaca.
Cuando colocamos los electrodos sobre el pecho de la víctima, el equipo realiza un electrocardiograma que analiza si es necesario o no realizar la descarga eléctrica, o lo que se conoce también como desfibrilación, una pequeña pero intensa descarga controlada.
Los desfibriladores también se distinguen por el tipo de corriente aplicada. Los monofásicos emiten una más fuerte en una sola dirección, mientras que los bifásicos emiten doble corriente y esto hace que la descarga sea más suave, lo que hace que consuman menos energía y sean más recomendables.
DEA, DESA o DAI ¿qué significan?
DAI desfibrilador:
Son aquellos desfibriladores implantados en el pecho de pacientes con problemas de corazón. Su función es regular el ritmo cardíaco cuando éste es anormal. Permiten realizar de forma rápida desde dentro una fibrilación al corazón. Los DAI son colocados solo si el médico lo considera necesario.
DEA desfibrilador:
En este caso son desfibriladores externos de uso público. Son equipos donde la descarga se produce de forma automática por el propio desfibrilador. Ya son poco habituales, ya que la tendencia es hacía la desfibrilación semiautomática, pero sus siglas continúan en uso actualmente.
DESA desfibrilador externo semiautomático:
Al igual que los DEA, son equipos automáticos de uso de externo, pero en este caso, la descarga se produce de forma semiautomática. El desfibrilador da aviso para pulsar un botón de descarga, indicando que el usuario se aparte un poco de la víctima para dejar espacio. Son los más recomendados actualmente para su instalación en zonas fuera del ámbito hospitalario.